
Por Genaro David Sámano Chávez
Escrito en diciembre del 2025.
El concepto de orgánico, o la idea de lo orgánico frente a lo diseñado o creado artificialmente, surge como una respuesta a la creciente cantidad de sucesos manufacturados por profesionales de la información, que son utilizados por grupos de tendencias oligárquicas para neutralizar todo lo que emergiendo “naturalmente” no conviene a sus intereses.
Esta dicotomía orgánico/manufacturado podría aplicarse también, para hacer una crítica a las tendencias actuales de aprovechar económicamente al máximo, tradiciones como las que tanto se promueven para fines de negocios turísticos internacionales en México.
Creo que antes de dar inicio a esa crítica puede ser de utilidad considerar también una dicotomía considerada por antropólogos como Lévi-Strauss: lo natural y lo artificial (1993: 35). En esta dicotomía podemos subsumir tanto a lo natural como lo cultural – a pesar de que anteriormente constituían la clásica oposición dicotómica naturaleza / cultura – en lo orgánico, y a lo planeado o diseñado intencionalmente para producir una manufactura, en lo artificial.
Mucho de lo que se presenta hoy a los turistas, hace pocos años todavía se realizaba orgánicamente, no estaba planeado ni promovido por intereses individuales o colectivos para manufacturarlos como una mercancía más para ser vendida, aunque su valor o función en la sociedad en la que se formaron haya quedado oculta o desaparecida.

¿Acaso los significados de estas tradiciones – más allá del que le puedan tener para la industria turística contemporánea – ya ni siquiera alcanzan el de “sobrevivencias”? esos rasgos culturales a los que se referían antropólogos funcionalistas y evolucionistas en las épocas de sus debates. Espero que una respuesta afirmativa a lo que me pregunto, encuentre menos argumentos solidos que una respuesta negativa.
Un funcionalista contemporáneo que destacara la practica de cierta tradición no solo por la derrama económica que deja a los empresarios, sugeriría que si se sigue manteniendo, es porque alguna función cumple todavía, y que por lo tanto la tradición sigue viva.
Por su parte un evolucionista contemporáneo diría como sus antepasados, que es la evidencia “fosilizada” de una antigua organización social de la cual dicha sociedad “evolucionó” hasta el presente y que su exhibición en la vitrina de algún museo cumple además, con la labor didáctica de presentar secuencias progresivas hacia el progreso permanente de la civilización. Pero añadiría que su reproducción ante turistas deja buenos dividendos, sin preocuparse mucho del arraigo social que todavía tenga.
Recuerdo un comentario de Salvatore Puledda en México, cuando después de las Jornadas Culturales del Nuevo Humanismo llevadas a cabo 1994, volvió para presentar su libro Interpretaciones del Nuevo Humanismo en su versión mexicana de la editorial Plaza y Valdés, en 1996. Era un momento de gran presencia del movimiento zapatista y en ese contexto el tema de la cultura parecía crucial.

Retomar aspectos y tradiciones de las culturas de los pueblos étnicos originarios apareció como una de las claves fundamentales de la lucha por un mundo más justo, a la par del marxismo y la teología de la liberación (como alguna vez lo dijo Marcos, en una entrevista en la que le preguntaron por las bases ideológicas del zapatismo que representaba).
La emergencia de ese zapatismo hizo que muchas doctrinas de lucha social, incluido en mi opinión el siloismo, tomaran en serio el tema de las culturas vivas, y no solo desde una perspectiva filosófica, sino más antropológica y sobre todo revolucionaria. Sin embargo en una de las reuniones que la presentación de su libro había propiciado entre las comunidades siloistas de México, Salvatore saludo la inspiración que detona la cultura y tradiciones originarias como una nueva bandera de lucha social, pero advirtió, o más bien predijo, que no faltaría un empresario que viniera a decir a los revolucionarios nativos: “te compro tu cultura”.

Lo que anticipo Salvatore no solo aplicó a sociedades con un nivel de integración mas sofisticado que el que pueda tener una etnia de Chiapas, resulta revelador de los tiempos que estamos viviendo que hace relativamente pocos años también, a una concursante de Miss Universo, el entrevistador le dijera “háblame de tu país… si quisieras vendérmelo, ¿que razones me darías para comprártelo? ”, por suerte la miss respondió: “yo nunca vendería a mi país”.
Sirvan estas anécdotas como introducción para explorar junto con mis lectores, hasta donde el debate entre formalismo y sustantivismo en antropología económica, ofrece criterios para entender ese alejamiento de lo orgánico en dirección hacia lo manufacturado, que se viene dando en la reproducción de las practicas culturales.
El punto de vista formalista asume que “las reglas formales de la teoría económica neoclásica, derivadas del estudio de las sociedades capitalistas de mercado, se pueden emplear para explicar la dinámica de las economías pre modernas. En cambio el punto de vista sustantivista supone que los bienes y servicios en este tipo de economías se producen y distribuyen a través de contextos culturales específicos. Los sustantivistas sostienen que “hay tres formas principales de intercambio económico: reciprocidad, redistribución y mercado, y que solo en la última, encontramos los intereses individuales economizantes que están en la base de la economía neoclásica.
Pero un libro, Antropología económica de Melville Herskcovits (1954), nos muestra que mentalidad o actitudes economizantes y racionales a la hora de producir bienes y servicios, no es exclusivo de individuos de las sociedades modernas. Esta obra ofrece distintos ejemplos de grupos tribales donde encontraremos individuos con sentido empresarial, por ejemplo la capitalización de las herramientas para la siembra. Por mi parte he observado en ciertas agrupaciones urbanas, como las de los músicos bluseros mexicanos de nuestra ciudad, que algunos aunque puedan considerarse y se asuman ideológicamente de izquierda, muestran individualmente un incipiente espíritu económico emprendedor cuando con el correr de los años, acumulan instrumentos musicales y equipos y micrófonos sofisticados, cuyo valor ya no solo es de uso sino de venta, al punto de que es probable que les deje mayores ingresos que solo el trabajo de músicos.

Un caso parecido presencie cuando trabajando como etnólogo, me encontraba en la fiesta de San Francisco de Borja en Maycoba Sonora. Charlaba con un misionero franciscano americano dedicado a la evangelización de los o´oba, pueblo originario que habita en rancherías a lo largo de la zona serrana que se define a uno y otro lado de la carretera que une Hermosillo con la Ciudad de Chihuahua. En esa celebración los o´oba o pimas – como no se les debería de conocer – empezaban a adoptar la costumbre de poner un pequeño puesto para vender sus artesanías. El misionero me dijo “el problema principal de los nativos es que no han desarrollado una actitud comercial, eso no tiene porque oponerse a su cultura, por eso los apoyamos en la instalación de su puesto en la plaza durante las celebraciones ” . El era estadounidense, formado en una cultura capitalista pero de manera empírica se daba cuenta de la coexistencia de actividades económicas que responden a lo individual y lo colectivo en todos los niveles de organización social.
Esto no significa que Herskovits intente refutar el sustantivismo que ahora – dicho sea de paso – lo encontramos todavía viable como marco teórico, al analizar resultados económicos extraordinariamente grandiosos en países que fueron o son socialistas como China y Rusia, o como la India. Todos estos países han sido de matriz cultural colectivista en los que probablemente muchos aspectos de su economía, se podrían entender mejor adoptando perspectivas sustantivistas.
¿ Podemos pensar entonces que actitudes economizantes y racionales son también universales y no tanto el resultado de un contexto cultural específico? Salvatore en su libro que mencionamos líneas atrás comenta que un humanista como León Battista Alberti consideraba que:
“el verdadero valor del hombre reside en el trabajo, que permite la prosperidad de la familia y la sociedad. Alberti invierte la ética medieval de la pobreza y la renuncia, afirmando que el florecer de las riquezas no solo no va en contra de los principios religiosos, sino que es una clara demostración del favor divino.”

Podríamos pensar – recurriendo a otra categoría dicotómica proveniente de la filosofía existencial de Sartre – al ser humano como alguien que al nacer solo tiene una identidad existencial, pero que adquiere una identidad esencial al ser creado en el seno de una cultura y que a pesar de lo diferente que pueda ser una cultura de otra, habrán siempre ciertos paralelismos, como es el caso de la actitud humanista universalista que Salvatore comenta en su libro cuando habla del Nuevo Humanismo de Silo.
Sería entonces el homo economicus del formalismo un universal más, de tipo humanista, pues las actitudes economizantes como las que dan lugar al calculo costo – beneficio, la capitalización de ciertos medios de producción, o simplemente el tratar de abastecerse gastando el mínimo de energía personal, son actividades que toda persona emprende y que no del todo resultarían incompatibles con actitudes humanistas, pues son actividades que contribuyen a algo que esta en la base del humanismo en su expresión histórica más original: la defensa de la vida individual .
Aquí podríamos entrar a una critica que algunos han hecho al humanismo, el de ser solo una filosofía existencial para individuos no para colectividades. Para salvar esta objeción momentáneamente apelo al libro de Grassi: Defensa de la vida individual Los studia humanitatiz como tradición filosófica, en el que se diluye esta visión proponiendo que la vida individual nada tiene que ver con actitudes individualistas.
El partido humanista inspirado en el Nuevo Humanismo de Silo, consecuentemente con no obviar al individuo ante lo colectivo, unos cuantos años antes de las pensiones económicas que el gobierno mexicano empezó a proporcionar a sectores sociales desprotegidos, hizo suyas – sobre todo en sus generaciones nuevas de los primeros años de este siglo – la propuestas de la llamada renta básica que ya se promovían en algunos países de Europa desde 1986, quedando soslayada la propuesta económica original de casi todos los partidos nuevo humanistas del planeta anteriores al año 2000: el cooperativismo. Y algo parecido me parece que está ocurriendo con los promotores de economías solidarias del gobierno de la 4T mexicana, a la par de las pensiones se dieron apoyos para crear cooperativas cuyo efecto fue hasta ahora ha sido poco significativo.

Estos apoyos individualizados, han sido un gran paso, entre otras cosas porque en el caso del gobierno mexicano de la cuarta transformación, el financiamiento de los mismos se ha obtenido de la cancelación de pensiones gigantescas a ex presidentes neoliberales anteriores y porque hoy los adultos mayores pueden tener una mínima autonomía económica. Sin embargo hay una tendencia a planearlos y evaluarlos adoptando una perspectiva solo formalista del sujeto económico.
Creo que la renta básica o las pensiones económicas a sectores vulnerados de la población, o en general los programas económicos de ayuda social, no deben ser pensados únicamente desde enfoques formalistas sino también sustantivistas. En ellos la satisfacción de las necesidades económicas no aparecen como un fin en si mismo sino como “incrustadas” en el despliegue de las tradiciones culturales.
Considero lo anterior porque solo puedo explicarme que la exacerbación de las actividades económicas que padece el mundo actual a pesar del desastre socio – ambiental que está produciendo, no son más que el resultado de una encarnizada guerra económica mundial en la que “todo puede convertirse en una arma”, y esto está pasando en tiempo real, con la mentalidad economizante individual al ser considerada crecientemente fuera de contexto cultural alguno.
Esta sobrevaloración y uso del individualismo como arma se debe en parte al miedo de emplear algo peor: las armas nucleares. Aquella frase de Lévi – Strauss: “las guerras son transacciones económicas fallidas” debería reescribirse denotando que para los que manejan los poderes fácticos en este momento, pareciera que la muerte lenta que genera la violencia de una guerra económica es preferible a la muerte rápida que provocaría un ataque nuclear generalizado que los acabaría aniquilando a ellos también.
Ante esta disyuntiva prefiero yo también una muerte lenta de la sociedad mundial y no porque adhiera a algún tipo de necropolítica, sino porque estoy convencido de que esta hiperactividad económica en la que nos encontramos ha enloquecido a amplias capas de la población y necesitamos tiempo para implementar urgentemente programas que ayuden a revertir y enfrentar un colapso total (que ya es una realidad en muchas zonas del planeta ) en el plano existencial económico y no solo ambiental, pues ya no solo los ecologistas tienen conciencia de vivir una época apocalíptica como lo afirmaba Lipovestsky en los ochentas, cuando empezó a caracterizar la sociedad posmoderna.
Pienso que también el auge de estos programas sociales formalistas es favorecido por la guerra comercial, pues contribuye a la aceleración del consumo masivo que ya se venía dando como parte del arribo histórico de la sociedad moderna a la sociedad posmoderna.
Además del alienante consumo masivo Lipovetsky añadió el hedonismo y narcisismo a sus caracterizaciones de las sociedades posmodernas. Para este autor, en este tipo de sociedad, “se extiende un individualismo pero desprendido de los últimos valores sociales y morales que coexistían aún con el reino glorioso del homo economicus” .
Esos valores eran todavía los de la modernidad revolucionaria que desde el siglo el siglo XVIII se extendió a los años cincuenta del siglo pasado, pero no los del humanismo renacentista del siglo XV que se basaban en el reconocimiento del ser humano con la dignidad que solo merecería un Dios terrenal y que brillaron brevemente para luego desaparecer antes del siglo XVII.
Probablemente con el advenimiento de la sociedad posmoderna y con ello el del declive de las ideologías revolucionarias se pueda explicar el espacio político que ha ganado el humanismo. En las épocas revolucionarias de la modernidad hablar de humanismo en el terreno político era como ponerse una camiseta que dijera golpéame, una “mamarrachada” como dijo un viejo militante del partido humanista recientemente , o era ser un burgués que retrasa el verdadero proceso encaminado hacia la dictadura del proletariado.

Por ello creo necesario repensar los llamados al humanismo revolucionario en una sociedad posmoderna como la actual. Me parece que la frontera entre humanismo y humanitarismo que estableció Silo se ha vuelto porosa y nos obliga a hacerla todavía mas porosa. En los seres humanos posmodernos domina el individualismo y desde luego el hedonismo, pero eso no ha impedido que una gran mayoría haya votado por un gobierno que se plantea una revolución no violenta como la cuarta transformación de México. El llamado al voto no es un acto revolucionario o de ruptura, como los que caracterizaban a la modernidad, sin embargo en la posmodernidad esta produciendo estragos a los oligarcas deshumanizados. Por otro lado el llamado al cambio social pasando por el individual que hace el Nuevo Humanismo de Silo desde los partidos nuevo – humanistas, es posible que alcance también mayor resonancia que en otras épocas.
Bibliografía.
Lévi- Strauss. Las estructuras elementales del parentesco. 1993.Planeta-Agostini.
Herskovits, Melville.1954. F.C. E. Antropología económica. Estudio de economía
comparada. Lipovetsky, Gilles. La era del vacio. 2002. Anagrama
Imágenes de Wikimedia commons:
–Danza de los Voladores de Papantla. Own work.
-Self-made (Picture taken at the Museo de la Ciudad, Leon, Guanajuato, Mexico. Tomascastelazo
-Subcomandante Marcos and Comandante Tacho in La Realidad, Chiapas, 1999. Published on flickr with Creative Commons 2.0 Attribution Licence.
–Bastian (Heriberto Rodriguez) from Chiapas, Mexico.
–Cuauhtémoc against the myth. David Alfaro Siqueiros.
-Andrés Manuel López Obrador dirigiendo un mensaje tras tomar protesta como presidente. Celebración cultural por el inicio de la cuarta transformación, festival en el Zócalo capitalino de la Ciudad de México. ProtoplasmaKid.
-Voladores de Papantla en Cholula, Puebla, Pue. Own work.
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