En este escrito entenderemos por pueblo, a las “diferentes formas de comunidades históricas (tribu, nación, etcétera) (Silo, 2002:587) que emergen por “motivaciones tradicionalistas” (Poirier, 1992:8).
Ponencia presentada por el Dr. David Sámano en el: “Congreso de etnología y humanismo” de la ENAH, 19 al 22 de abril del 2005, México.
En enero de 1994 se realizaron en México las “Jornadas Culturales Humanistas”, evento internacional, convocado por miembros del movimiento humanista, agrupación mundial, que cuenta con seguidores en diversos países. Como integrante de esta organización, asistí a varias mesas de discusión y tuve la oportunidad de colaborar en la planeación de algunos coloquios donde el tema del humanismo fue abordado desde distintos enfoques.
Hoy, a 11 años de llevarse a cabo dicha convención, me parece muy probable que, el evento en su totalidad, se habría remitido a un diálogo entre el humanismo clásico occidental y distintos aspectos de la cultura, la filosofía y las ciencias también del mundo occidental. No fue así sin embargo, debido a una serie de factores que irrumpieron en el desarrollo del mismo para impulsarlo, sorpresivamente, más allá de ese poco deseable monólogo cultural. Por un lado, como sabemos, en la misma fecha, tuvo lugar el levantamiento de indígenas zapatistas del estado de Chiapas, un suceso, que además de ser una llamada de atención sobre la marginación en que se encuentran la mayoría de los grupos étnicos del país, nos hizo presente ese México profundo del que tanto, y tan bien, nos hablara el antropólogo, Guillermo Bonfil Batalla. Así, en ese contexto internacionalista de las Jornadas, irrumpió la presencia indígena mesoamericana, invitándonos a escuchar su propia versión del humanismo. Por otro lado, entre los asistentes se encontraban compañeros del movimiento humanista, que habían desarrollado una experiencia importante con exiliados de la ex Yugoeslavia en Italia, en los llamados: “parlamentos interétnicos”, organizaciones ad hoc, implementados para ofrecer un espacio de diálogo ante los embates de la discriminación, remanente del etnocidio. Lo que comenzó de manera espontánea, inspiró en buena medida, la idea de los “Centros de las Culturas del movimiento humanista”, que hasta el día de hoy, han logrado desarrollarse en varios países.
El ambiente en las Jornadas humanistas de 1994, era entonces propicio para que brotara la intuición de lo que hoy llamamos: Humanismo Universalista, del cual, por cierto, el humanismo clásico renacentista es solo una de sus tantas posibles expresiones.
La irrupción, de ese “otro humanismo”, que podríamos llamar tribal, si despojamos a este término de su connotación de primitivo, acentuó su definición con la participación de integrantes de una comunidad indígena mazahua, grupo étnico que habita en el estado de México. De manera, también inesperada, se hicieron presentes en el patio del Claustro de Sor Juana – lugar donde se llevaba a cabo el evento – realizando un ritual conocido como: ceremonia de la generosidad. Después de la ejecución de música tradicional, a cargo de un grupo de músicos de la etnia mencionada, el más anciano, representante del mismo, colgó un pan, a modo de medalla, en cada una de las personas que se congregaban a su alrededor. Luego expresó, en su lengua y en posteriormente en español:
“…Se ha dicho de los indígenas no sabemos hacer nada, pero somos gente honesta, respetuosa, como respetamos a otras culturas, también queremos que se respete nuestra cultura, que ya no sea pisoteada por gente que no piensa. Queremos trabajar, no queremos el paternalismo, porqué nuestros padres nos enseñaron a trabajar la madre tierra; a la gente que no nos entienda, le pedimos que nos vaya entendiendo como forma de pensar. Ya no aguantamos más porque nuestras tierras, nuestros bosques han quedado sin animales ni pájaros.”
Del mismo modo, en otra parte de su discurso, se refirió a un pensador latinoamericano, inspirador del evento en el que se encontraba, diciendo lo siguiente:
“Le pedimos (decimos) al hombre, el que organizó estas jornadas, que va a vivir mucho tiempo su corazón en el mundo entero porque es el hombre que piensa para todo el mundo, no lo conozco, pero si lo puedo conocer en este momento le doy las gracias a nombre de esos niños, de esos ancianos que existen en todo el planeta de la tierra, no solo en México sino en todo el planeta de la tierra, porque queremos paz y tranquilidad. Gracias.
Fue justamente, Mario Rodríguez – al que se había referido el jefe mazahua –, quien alguna vez, visualizó al movimiento humanista como una cultura de frontera, nacida en el borde la civilización occidental y, por lo tanto, altamente sensible a los aportes de otros pueblos, en mayor o menor grado, ajenos al contexto occidental. La fábula de “Pescuezo de Tortuga” y la leyenda del “pescador viejo”, son relatos que se originan en el medio oriente, y a los que recurrió Mario Rodríguez para ilustrar dos de sus “Principios de Acción válida” .
Esta sensibilidad, se hizo patente en el mismo año de 1994, cuando los miembros del movimiento humanista que nos encontrábamos reunidos en el Claustro de Sor Juana, organizamos la primera Manifestación internacional de apoyo y solidaridad con los indígenas chiapanecos, ante la probable reacción violenta del gobierno mexicano. Pero cabe destacar, que Mario Rodríguez, en su papel de ideólogo del movimiento humanista, desde los años setentas, ha mostrado un profundo interés por incluir aportes de todas las culturas en sus escritos.
Desde la perspectiva, netamente académica, el punto culminante de este universalismo, en mi opinión, se plasma, también en 1994, con la publicación del anuario titulado: El humanismo en las distintas culturas. En esta recopilación se incluye un texto del propio Mario Rodríguez: Que entendemos hoy por humanismo universalista. Este trabajo sienta las bases conceptuales y metodológicas para emprender la búsqueda de una concepción del humanismo, más allá del legado de la civilización occidental. En el anuario, aparecen una serie de aportes de académicos rusos que analizan aspectos humanistas de distintas civilizaciones. Posteriormente, el anuario de 1996, se publicó con la misma tónica.
Actualmente, después de revisar el valioso aporte de nuestros colegas rusos, observo, que la mayoría de sus trabajos han tenido la suerte de contar con el expediente de la fuente escrita, ya que sus exploraciones se han centrado en civilizaciones antiguas de Eurasia, África y América, que generalmente, abordan los historiadores, o más aún, especialistas como los sinólogos y orientalistas. Son sociedades que, según Serguéi Semenov, habiendo superado las creencias tribales, atisbaron morales universales que se manifestaron en religiones mundiales como el hinduismo, budismo, cristianismo e islam y en sistemas éticos como el de Confucio y el Estilo de vida toltecáyotl, atribuido a Quetzalcóatl (Semenov, 1994:12).
Por mi parte, he intentado, hacer una exploración, buscando formas de expresión de la actitud humanista en pueblos que, a diferencia de los analizados por los colegas rusos, han sido estudiados, preferentemente por la antropología y la etnología, considerándolos ágrafos, o en una etapa cultural que no se rige por la existencia del Estado o para decirlo en términos de Redfield (1976), sociedades folk.
Sin embargo, creo que la inspiración que me ha animado, es la misma que ha impulsado a los autores mencionados: contribuir a la propuesta de “balancear el humanismo occidental con otras formas de humanismo, igualmente ricas, que se encuentran en las más diversas culturas” (Silo, 1996), para a la postre, elaborar una Enciclopedia del Nuevo Humanismo. Y aceptamos, la sugerencia a balancear, porque más que relativizar el concepto de humanismo, intentamos ampliarlo y enriquecerlo, para construir, progresivamente, la imagen de un humanismo universalista, compartido por todas las culturas, no solo por las que hoy, o en el pasado, han detentado el lugar central.
David Sámano se desempeña como profesor – investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) e investiga temas vinculados a la epistemología, filosofía de la ciencia y antropología de la ciencia.
Artículo del libro Interpretando al Nuevo Humanismo. Etnología, Epistemología y Espiritualidad. https://edicionesleonalado.net/es/producto/interpretando-al-nuevo-humanismo/
Muchas gracias por compartir esta construcción dobde Silo hizo los primeros escalones. Desde el CEHA haremos nuestro humilde aporte.
https://www.pressenza.com/es/2023/01/actitudes-humanistas-en-pueblos-de-mexico-y-el-mundo/