Filosofía: «La imagen del universo» [III]

Silo

Los tipos de experiencia

Distinguimos, por lo menos, tres tipos de experiencias:

  • La inmediata o ilógica.
  • La relacional o lógica.
  • La global o en espiral.

Sabemos que la experiencia es uno de los elementos del punto de vista. Pero esta experiencia será distinta según se conserve en la memoria de modo inmediato, relacional o global.

Cuando una persona sufre una quemadura, su experiencia inmediata es la de “dolor”. Su experiencia mediata (que necesita del recuerdo del dolor) es ya de tipo lógico, porque se establecen relaciones y se extraen conclusiones más o menos generales. Pero la experiencia global, aunque requiere de las dos anteriores, difícilmente es lograda por el hombre normal, porque exige un tremendo esfuerzo sintetizador.

En un ejemplo, comprendimos la diferencia de visión existente entre el punto de vista del labriego, el aviador y el astronauta por sus distintas distancias frente al mismo campo. Es decir, por sus diferencias en el espacio. Pero he aquí que el otro elemento, el de la experiencia, juega también un papel decisivo.

La experiencia del labriego es inmediata, frente a la diversidad de objetos que pueblan el campo. Cada cosa tiene ante su vista caracteres muy diferenciados, y aunque puedan ser recordados, difícilmente se organizan en su conciencia de un modo general. La experiencia inmediata impone la diferenciación de los objetos. Así como en el dolor se diferencia exactamente el lugar afectado.

La experiencia del aviador es relacional, porque anula la diversidad de los objetos, aún cuando pueda llegar a observarlos en detalle por medio de aparatos, o volando relativamente bajo. De todos modos esta experiencia no es diferenciadora sino relacionante y de grandes masas. El aviador ve los límites del campo y lo relaciona a este con otros campos de sus alrededores. En fin, saca conclusiones de conjunto, del mismo modo que lo hace quien piensa en el dolor luego de haberlo sufrido.

Algo muy distinto sucede con el astronauta, para quien no sólo se han desdibujado los objetos y los contornos del campo, sino que se ha transformado el espacio mismo.

El astronauta, sin duda, ha tenido experiencias diferenciadas, y relacionantes anteriormente. Cuenta pues, con el recuerdo de ellas, de modo que esta nueva que sufre, no sólo sintetiza las anteriores sino que se configura como vivencia nueva.

En el caso del dolor, no basta con sentirlo y luego pensar en él para llegar a esta nueva experiencia. Es necesario pasar por estos dos estados, pero además englobar el dolor en un sistema nuevo y total. Decimos que la experiencia global es en espiral, porque se desarrolla merced a las anteriores y se va logrando a medida que se tiene noción de que la visión misma cambia. No se trata sólo de cambios graduales de distancia en el espacio, sino de cambio en el espacio mismo. No sólo del cambio en los objetos, sino del cambio en la visión de los objetos.

Cuando se nos dice que el espacio es recto, los objetos varían a nuestros ojos, según nuestra ubicación. Pero cuando descubrimos que el espacio es curvo, la variación es, además, de nuestra propia visión. Es como si los ojos mismos cambiaran, porque ellos son también, partes del espacio curvo.

Reunamos ahora a los tres personajes y ubiquémosles en tierra firme y en el mismo campo. El punto de mira en el espacio en este momento es más o menos similar para los tres, pero las experiencias sufridas son tan distintas en el punto de vista de cada uno, que resulta nuevamente diverso.

Aquí queremos destacar, que el punto de vista del astronauta no sólo es más global que el de los otros, sino que más despierto, porque es su visión total del espacio lo que se ha transformado.

La articulación de nuestra imagen del Universo, no es solamente el problema de comprensión, sino sobre todo de transformación del modo de observar.

Para poder comprenderla hay, pues, que cambiar el tipo de visión a que estamos acostumbrados. No podemos vislumbrar esta imagen del mundo si utilizamos recursos lógicos. Solamente llegaremos a ella cuando la práctica haya completado nuestra experiencia y nos transformemos nosotros mismos. Cuando empecemos a despertar.

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