Las Diferencias y los Complementos

Charla de Silo (1974)

En todo proceso dinámico las diferencias son importantes. De hecho, en las relaciones humanas cuando éstas se sintetizan, cuando no hay intercambio ni diferencias, el proceso se detiene. Las diferencias son importantes. Ahora bien, por el tipo de sistema en el que estamos incluidos, las diferencias son consideradas antitéticas. La misma idea de verdad, es diferenciada por la de falsedad. Verdad y Falsedad aparecen como antagónicas y universales. De ese modo, alguien que tiene «La Verdad» se opone a otro que está sumergido en «La Falsedad» y ambos no pueden avanzar ni complementarse si conservan tal punto de vista universal, antagónico y exclusivo. Nosotros sabemos que las cosas no son así, de ningún modo.

Lo dicho con respecto a los criterios de verdad y falsedad, vale también para otros criterios. Tomemos por ejemplo la idea de «eficacia». Si A es eficaz y se opone a B, aparece como evidente que B no es eficaz, cosa que, como sabemos, no es exactamente así.

Esto que vamos conversando puede muy bien ser aplicado a todos los criterios que se ventilan en las relaciones humanas.

Tomemos por ejemplo, la diferenciación que debe darse entre los elementos más antiguos y los más nuevos en el Movimiento. Tales diferencias son necesarias como es necesaria la superación de lo viejo por lo nuevo, pero debemos recordar en todos los casos que los factores progresivos de los elementos más antiguos pasan y se incorporan al momento nuevo posterior permitiendo de ese modo la continuidad de los procesos progresivos. Son los elementos regresivos de la etapa anterior los que quedan desplazados, del mismo modo que también elementos nuevos no pueden integrarse al proceso porque no son homogéneos con él.

Si observamos las cosas de distintos puntos de vista, nos encontramos con que, para un antiguo, una persona nueva en una determinada actividad, carece de experiencia y de conocimiento global de los problemas, carece además de información y sin tal información no puede actuar coherentemente.

Para la persona nueva, en cambio, el más antiguo ha perdido fuego, está atascado en etapas anteriores del proceso y concentra la información de tal modo que al no enterarse los demás acerca de cómo funcionan los mecanismos se mantiene en una situación irreemplazable.

Si la verdad fuera única y exclusiva, sólo una de las dos posturas sería verdadera y la otra falsa. Sabemos que no es así. Por lo contrario, ambas posturas tienen su grado de verdad y falsedad, con lo cual advertimos que los dos puntos de vista pueden ser complementados en un paso posterior progresivo.

Puede tenerse en cuenta que si el proceso ha llegado hasta el momento de incorporación de nuevos elementos es gracias a los antiguos que lo han posibilitado con su trabajo. Allí hay muchas horas-hombre invertidas, muchos desvelos, mucha lucha anterior acumulada, mucha incomprensión del medio (tal lo que ha sucedido en nuestro caso en el que elementos precursores fueron encarcelados, vituperados, perseguidos, excluidos de sus familias, de sus trabajos, etc.). Por último, esos más antiguos son los que han llamado con total desinterés y olvido de beneficios personales, a los nuevos elementos para que se incorporaran a la empresa común.

Pero si el proceso continúa y se desarrolla por muchas fronteras y distancias es gracias a que nuevos elementos están resonando con más facilidad, con mayor comprensión que en momentos anteriores. Son los nuevos elementos los que van empujando con su fuego el desarrollo del proceso.

Ese ángulo que tiende a abrirse cada vez más exige la adecuación de todo el Movimiento al proceso. Ustedes deberían tener en cuenta que 10 personas establecen entre sí, 99 relaciones de un mismo tipo (cuando cada uno ha dado la mano a todos los otros, se han producido 99 estrechones de mano). De acuerdo a esto, 2.000 personas, establecen entre sí (en el caso de estar juntas y estrechar las manos) casi 4 millones de relaciones. Si en lugar de estar todas juntas, se organizan en grupos el número de relaciones disminuye considerablemente. Bien, a ese factor desorden que va en un aumento mayor que el simple aumento de componentes le llamamos «entropía». Nuestro problema es el aumento de número y la estabilidad de la entropía. Porque claro está que al aumento de entropía corresponde la distorsión y anulación de la información. ¿Qué va a pasar cuando en número de componentes llegue a un millón y que además esté diseminado por el mundo? La cosa es muy interesante… Para todo ello debemos cualificar, informar y participar sacando cada vez los aparatos que fueran necesarios y eliminando los desgastados. Porque han de saber, que los aparatos inadecuados también meten ruido en el proceso general (también son factor de entropía y por eso le llamamos a ese fenómeno «frenos de aparatos»).

Los nuevos elementos y los antiguos deben estar adecuadamente mezclados y en complemento para aprovechar al máximo los factores progresivos generales.

Como el crecimiento es siempre el mismo (como factor multiplicativo aunque no como número que crece cada vez más) y los nuevos factores van superando velozmente a los más antiguos, debemos informar y cualificar lo más velozmente posible a los más nuevos, a fin de que no se desproporcione la comprensión global. Para ello, habrá que buscar siempre los mecanismos más simples, con el menor recorrido de circuito y con la menor posibilidad de burocratización. La burocracia es una superestructura sintética que atenta contra el desarrollo. Tal superestructura no puede independizarse como sucede en todas las organizaciones humanas sino que siempre debe estar supervisada y dirigida por el Movimiento, al cual debe rendir cuenta. Desde luego, que elementos burocráticos son imprescindibles, ya que nos movemos en relación al sistema y para eso es necesario que existan adecuadas administraciones de los aparatos para lo cual siempre será necesaria la ayuda de gente muy ordenada y conocedora de la materia. Alguien con mentalidad de Trabajo y de Movimiento puede cumplir muy bien con esa pesada carga burocrática disminuyendo al mínimo posible la cantidad de colaboradores para no restarlos a otros trabajos y para no aumentar la entropía de los aparatos (que tienen su propio ruido). Pocos individuos aunque muy capaces, es la idea. Porque no se trata de cualificar en los aparatos, se trata de cualificar en el Movimiento en general y no podemos dejar que se produzcan diferencias artificiales entre superestructura y base organizativa (entre aparatos y Movimiento). Es claro que siempre está pendiente el problema del reemplazo en los aparatos y es bueno que siempre haya allí gente nueva capacitándose, pero siempre en proporción a los que están trabajando en sus funciones. Es más no se capacita allí quien no trabaja efectivamente al lado de alguien con más experiencia hasta que pueda, efectivamente, reemplazarlo.

El adecuado tratamiento de las diferencias entre factores antiguos y nuevos; entre base organizativa y superestructuras; entre ideología y Doctrina, sólo se resuelve a nivel de visión global y de complemento de puntos de vista.

Su comprensión es más fresca, menos esquemática, más desprejuiciada, absolutamente intuitiva y con un sentimiento más desarrollado de la cosa compartida, buena para uno mismo y para toda la humanidad en la que no debe haber diferencias sino oportunidades iguales.

Estos dos puntos de vista son complementarios y permiten la formación de una síntesis posterior que, en su momento, deberá ser removida para lograr la ampliación del proceso.

A nosotros nos importa la circulación de la información a todos los que comparten este proceso con nosotros (aún a los que no lo comparten) y la participación de todos los que trabajan con nosotros.

En tal sentido, debemos procurar que todo «taponamiento» de información desaparezca. No debe creerse tampoco que el «taponamiento» se produce por mala voluntad de determinados individuos, no, habrá algún caso perdido por allí, pero eso no es lo importante. El taponamiento se produce por razones mecánicas. Se produce porque a mí me llega la información y yo puedo llegar a unos cuantos pero no a todos y así sucede con los otros, resultando al final que la información se deformó en el camino y en otros casos no llegó a muchos que entonces quedaron «descolgados». El problema es mecánico y debe resolverse mecánicamente. A medida que se amplía el número de participantes el problema se va a agravar (y ni pensemos en lo que sucede si además del número aumenta la distancia entre los componentes). Así debemos ir adecuando las cosas de manera que aumente la participación y aumente la información y eso debemos resolverlo organizativamente. Pero bien sabemos que la posibilidad de funcionamiento de tal organización en la que participación e información sean máximas, dependerá básicamente de la organización interna de cada componente y para ello, no debemos dejar de cualificar a los componentes (sean antiguos o nuevos).

Saltando de plano, es bueno considerar la relación entre la organización y el Trabajo. Parece que podemos hacer coincidir ambas cosas en un punto. Me refiero al grupo. El grupo es, básicamente, el ámbito de trabajo más adecuado y al mismo tiempo la unidad organizativa desde la que debe decidirse todo lo referente a la organización. En los grupos, por lo tanto, básicamente se trabaja y se estudia, pero desde allí también debe partir la conducción del Movimiento. Como el número va a a aumentar progresivamente y con él los grupos, deben buscarse mecanismos cada vez más simples (no más complejos), mecanismos cada vez más simples para que información y participación aumenten eliminando distorsiones. Todos los componentes deben estar representados, pero también deben estar cada vez más informados porque sin esto la representatividad no tiene real valer.

De todas maneras, lo sustantivo es el Trabajo (ya que para eso sirve el Movimiento) y lo secundario es lo organizativo, pero sucede que sin organización adecuada el Trabajo mismo se enlentece y se pierden oportunidades de desarrollo. En ese sentido, los aparatos son al Movimiento lo que el Movimiento es al Trabajo. En ningún caso puede haber dialéctica entre aparatos y Movimiento ya que los aparatos son ocasionales y se han elaborado para el mejor desarrollo del Movimiento. Es el Movimiento (y en última instancia son los grupos quienes deben decidir el rumbo de los aparatos). Los aparatos son superestructuras que dependen de la base humana y material del Movimiento. Está claro que no podemos confundir las cosas.

Volviendo a nuestro tema inicial, debemos por tanto tratar adecuadamente las diferencias complementando tiempos en un proceso general progresivo en donde los nuevos elementos tengan de inmediato posibilidad de información, participación y por lo tanto, decisión.


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