Silo.
Si nos quedáramos sólo con la experiencia no podríamos tener un sistema ordenado del mundo ni de nosotros mismos. La experiencia es movimiento y permanente cambio. Estamos sujetos al movimiento.
El pensamiento compensa fijando la experiencia, sino todo sería solo movimiento, confuso, sin concepto, cambiante y caótico.
Entonces, si bien, por encima de todo está la experiencia, de ella surgen los grandes conceptos a los que llamamos Leyes Universales. Estas Leyes son por tanto herramientas de trabajo conceptual, que luego aplicamos a las cosas.
Este trabajo conceptual es el que en definitiva nos permite accionar en el mundo, ya sea con la acción directa en el medio o mediante el pensamiento. Ambos, acción y pensamiento, constituyen la base de la experiencia humana.
Hablamos de Leyes Universales, porque abarcan la totalidad de los fenómenos que llegan a nuestra experiencia, de otro modo no serían más que leyes de una ciencia en particular. Para nosotros deben ser leyes que sirvan para la física, la psicología, la química, etc. Estas leyes, así como el método, sirven para orientar el proceso del pensamiento de un modo ordenado, para darnos la visión más amplia posible de un fenómeno dado.
Las Leyes, en sentido amplio, son construcciones humanas operativas, que permiten predecir, describen una tendencia. Son ideas sistematizadas de cómo funcionan las cosas, regularidades que se cumplen en una franja determinada de fenómenos.
Las leyes en el ámbito de la ciencia provienen de la observación de fenómenos particulares que a medida que son explicadas y verificadas por nuevas experiencias, permiten construir una visión “científica” del mundo.
Así las hipótesis, teorías y leyes son explicaciones provisorias que sirven para operar en el mundo de los fenómenos.
Las hipótesis se definen como afirmaciones cuyo valor de verdad se desconoce al momento de enunciarse. Las teorías son conjunto de hipótesis que pretenden explicar el comportamiento de ciertos fenómenos en un ámbito dado, y las leyes son construcciones que intentan explicar el comportamiento general de un conjunto de fenómenos.
La dirección del proceso de la ciencia es, en este sentido, básicamente inductiva, es decir que parten de experiencias particulares, buscando generalizar en ámbitos mayores.. Por el contrario las Leyes Universales de las que parte Nuestra Doctrina no se explican surgiendo de experiencias de naturaleza particular, sino de una experiencia totalizadora. Las mismas de modo deductivo permiten dar cuenta del comportamiento de todos los fenómenos existentes.
Las cuatro Leyes Universales
Ley de Estructura: «Nada existe aislado, sino en relación dinámica con otros seres dentro de ámbitos condicionantes».
Esta ley indica que no son válidos los estudios que se hagan de un objeto si no se lo relaciona con otros objetos que están en el mismo medio si no se tiene en cuenta que tanto ese objeto de estudio como los otros, que se relacionan con él, están en movimiento y si no se los comprende dentro de ámbitos mayores que condicionan su comportamiento. Esto vale tanto para comprender la realidad como para actuar sobre ella.
Este pensamiento Estructural mantiene una fuerte discusión con el pensamiento Lineal, Causalista, que trata de explicar los fenómenos sólo en función de causas y efectos, sin atender al contexto en donde estos se dan.
El pensamiento Estructural sirve de base a una nueva visión general superadora de las contradicciones acumuladas por el pensamiento lineal.
Ley de Concomitancia: «Todo proceso está determinado por relaciones de simultaneidad con procesos del mismo ámbito y no por causas lineales del movimiento anterior del que procede».
Con ésta Ley estudiamos las relaciones de simultaneidad con otros procesos que se desarrollan en el mismo medio.
Explica que los fenómenos contemporáneos que se dan en un ámbito, no pueden ser explicados por la simple relación causal de unos fenómenos sobre otros, ni sobre su situación en un momento anterior, sino que hay que comprenderlos en relación al momento de proceso del medio que están inmersos.
Así cuando estudiamos varios fenómenos que se dan en un momento determinado, su manifestación no es mera consecuencia del accionar de unos sobre otros (causa – efecto) sino que sobre ellos opera simultáneamente una condición dada por el ámbito mayor en que se encuentran.
Un ejemplo son las modas en distintos ámbitos como, la ropa, la música, las conductas, los diseños industriales etc., que se imponen en un momento dado y que muestran una similitud que no es explicable pensando que una es causa de la otra, sino como la influencia que en distintas áreas ejerce el momento epocal en el cual se producen.
Ley de ciclo: «Todo en el Universo está en evolución y va desde lo más simple a lo más complejo y organizado, según tiempos y ritmos cíclicos».
Con ésta Ley estudiamos la dinámica, el ritmo, el ciclo, el movimiento hacia la transformación de lo simple a lo complejo.
Como tendencia general un proceso puede evolucionar, involucionar, cristalizarse o puede producir un salto de cualidad que transforma radicalmente su identidad de comienzo. Los procesos evolutivos no se desarrollan en línea recta ni con tiempos o aceleraciones constantes. Surgen, crecen, se desarrollan, declinan y se desorganizan, pero al desorganizarse dan nacimiento a nuevas formas que repiten el mismo proceso a otro nivel.
Estos procesos no están desconectados sino que los elementos progresivos del paso anterior continúan en el posterior, de este modo los ciclos no son círculos cerrados sino que tienen «forma» de espiral.
Ejemplo de esto son las civilizaciones que han seguido el proceso de surgimiento, crecimiento, desarrollo, declinación y desorganización, en donde la experiencia acumulada más evolucionada pasó a otra civilización que desarrolló aún más los elementos progresivos de momentos anteriores. De otro modo, la humanidad siempre estaría recomenzando desde el mismo punto y el hombre sería el cavernícola que cada vez estaría naciendo y muriendo sin descubrir el fuego.
Ley de la Superación de lo viejo por lo nuevo: “La continua evolución del Universo muestra el ritmo de diferencias, combinaciones y síntesis cada vez de mayor complejidad. Nuevas síntesis asumen las diferencias anteriores y eliminan materia y energía cualitativamente no aceptables para pasos más complejos”.
Estudiamos, con esta Ley, la transformación del individuo y su relación con los cambios del ámbito mayor dentro del cual se incluye.
Esta ley está relacionada con la anterior y explica que una estructura se desintegra porque no puede hacer frente a las nuevas situaciones que le impone el desarrollo, en cambio los elementos más nuevos y de mayor vigor se desarrollan desde su interior hasta desplazar al sistema más viejo. Este nuevo sistema es más complejo y evolucionado que el anterior.
Muchos elementos son desechados porque son como vías muertas. A pesar de que toda la experiencia es importante, muchos elementos no son constructivos. A esos elementos que no sirven para que sobre ellos se construyan nuevas experiencias, las denominamos experiencias no constructivas, no progresivas.
Esta idea explica la superación de lo viejo por lo nuevo. Lo nuevo sin embargo está estructurado según las experiencias anteriores. En particular sobre las más recientes. A medida que una experiencia se apoya sobre otras que son progresivas, concomitantemente otras, las más regresivas, quedan de lado.